Todos los hombres son mortales. Lástima que nadie lo recuerda a tiempo.

Hubo un error de seguridad. Fuga de información. Y de pronto me encuentro con un simpático comedido preguntándome:
- ¿Porqué perdés el tiempo con ese blog? Seguro que estás llenando algún vacío en tu vida con eso...
Ayyyyy..... Diooooosssss.....
Sin embargo, hice un alarde de socialización y respondí en el estilo Border:
- No sé... En mi vida, la verdad, no hay un vacío: hay un agujero del tamaño del mar muerto...
El sujeto me sonrió con solvencia, y se dispuso recetarme un poco de su sabio sentido común:
- No vas a conseguir nada con eso. ¿Porqué no te enfocás mejor en lo que te falta para tener una vida plena?
No sé porqué razón mi humor en ese momento era espléndido:
- Te voy explicar -dije-. Yo llevo una cuenta muy exacta. En este momento hace ocho días que absolutamente ninguna voz humana se dirige a mí sin incluir un pedido. A veces dulcemente, a modo de propuestas o sugerencias. A veces más descarnadamente: reclamos o exigencias. Pero es igual... ¿Te das cuenta?: ¡Una semana y contando!
El sujeto frunció la nariz, percibiendo que algo no funcionaba, pero todavía dispuesto a guiarme en la vida, empezó a hablar.
- ¿Entendes lo que te expliqué? -lo interrumpí-. ¿Entendiste porqué llevo ese blog?
Se río con una risa vacía, más hueca que una caverna.

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