Creo haberle comentado, Don Álvar Núñez, que una noche de tormentas me encontré un chat sadomasoquista y me lancé a la aventura. Y sí, así es. La audacia del explorador termina haciendo glu glu en algún naufragio.

La expedición comenzó a hacer agua a los pocos minutos, cuando columbré la verdadera identidad que habitaba la máscara de cuero del dominador.

DOMINADOR - ¿Como te atreves a desobedecer a tu xxxx?
No mereces mi xxxx.

Me da lo mismo que me crean o no, Don Álvar. Por más que disfrazara su vocabulario, era evidente. Quien pronunciaba esas palabras no podía ser otra cosa que una Madre:

DOMINADOR - ¿Quieres que te de xxxx? ¿Eso quieres? Pues tendrás que ganartelo.
YO - Pero...
DOMINADOR - ¡Silencio! Pide permiso antes de hablar.
Aprenderás a mostrar respeto, ¡xxxx! Yo te enseñaré.

Flotando melancólica entre la escoria del naufragio, me dediqué a poner a prueba mis descubrimientos. En efecto, todos allí eran madres.

Aquí y allá, Don Álvar mis exploraciones dieron el mismo resultado. En el último pozo del sadomasoquismo solo hay madres con con sus niños.


1º estoy aburrida de mi misma. podrida de soportarme siempre los mismos gestitos, los mismos mieditos, las mismas estupideces. y re contra podrida de todas mis geniales ideas de cambio, que siempre son mías.

2º decidí blanquear la inutilidad y me puse a tejer una frazada. creo que hacen falta unos doscientos cuadraditos al crochet.


3º cuando el humor de perros llegaba a categoría de jauría, me metí en un chat S/M. expedición interesante, Don Álvar Núñez... pero nada, ningún insulto consiguió cambiarme el humor.

kaiten de vacaciones


La telefonista me anuncia, casi con entusiasmo, que mi número ha sido adjudicatario de un premio por un Centro de Medicina Estética.
No sin cierto entusiamo, le pregunto qué me gané:
- Una consulta diagnóstica con el médico, que le va a sugerir...
Me adelanté:
- A ver si entendí....va a diagnosticarme todo lo que podría cambiar y corregir con esos tratamientos, y que no voy a poder pagar...
(
mi diagnóstico sería: estéticamente intratable -nunca dirían: fea- y con capacidades económicas diferentes -tampoco dirian: pobre...)
- ¿y ud. le llama a eso ser premiada?
La telefonista no pudo menos que reir, luego se recompuso, y dijo
- ...O sea que por el momento no le interesa?
- Mire, por el momento, su premio es una basura. Vuelva a llamar cuando tenga algo mejor.