El tiempo lo destruye todo


"Le temps detruit tout".

Me encontré la frase así, en francés, con cursiva, grabada a punzón en el penúltimo asiento del 25. Pero la puta madre, pensé, el mundo es un lugar absurdo.

Bajé del colectivo y corrí al video club. Alquilé Irreversible por segunda vez. Me tuve que tomar dos whiskys antes de juntar el coraje para apretar el play. No sé que buscaba, pero la tenía que ver. Al terminar estaba empapada en transpiración pero aliviada en cierto modo, con esa rara alegría que te da el pensamiento cuando logra atrapar la brutalidad.

Me acordé de las críticas que provocó la película cuando se estrenó: "Violencia gratuita", "golpe bajo", "repugnante".

Bueno, Noe al menos no es ningún genio incomprendido. Ha sido perfectamente comprendido por sus detractores. No ha dicho más que dos perogrulladas: el tiempo es irreversible y el tiempo lo destruye todo. Pero dió en el tono.

El tiempo es puro golpe bajo. Es violencia gratuita. Lo que el tiempo hace con nosotros es repugnante.


Es increíble la angustia que me ataca cada vez que algo falla. La cosa se demora, se complica, necesita arreglos y yo simplemente me largo a llorar desesperada.
Un poco deformados por las lágrimas, alcanzo a ver los rostros a mi alrededor. Oigo algunas voces distorsionadas que me dicen:

"Vos debés estar sensible por otra cosa."
"¡Ché, qué poca tolerancia a la frustración!"
"Dale, no te pongas así, ya lo vamos a solucionar."

Yo asiento con la cabeza mientras me ahogo en la desesperación del tiempo que se llevan las cosas.
Lloro tumbada sobre la mesa, desconsolada, por el tiempo esparcido en el vacío como polvo. No puedo parar de llorar por el tiempo que falta para tanta cosa.

El cónyuge es un sistema que participa de diferentes niveles de organización de la materia.


1°) En el nivel físico se podría considerar una máquina simple, ya que participa de los principios elementales de la palanca. El cónyuge es, en última instancia, un cuerpo sólido en el espacio que, ubicado a la distancia apropiada, puede amplificar una fuerza miserable, en teoría hasta el infinito. "¡Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo!" chillaba Arquímides.

2°) Lamentablemente, por lo general el cónyuge también es materia orgánica. Y ahí la cosa se complica.
En el nivel de los organismos el cónyuge es una parte no separable del cuerpo que no recibe inervación ni irrigación, por lo tanto no responde a los procesos fisiológicos en curso. Es un miebro muerto que se debe arrastrar por el mundo, que pesa y obstaculiza los movimientos. Es un impedimento, una discapacidad.

3°) Muchas veces el cónyuge también se presenta como sustancia pensante. Sobre este nivel, el espanto me impide pronunciar palabra.