Levantó la nariz hacia la bóveda negra que lo cubría, como un animal que olfatea un peligro, o como Borges divagando en el dialecto desdeñoso de Palermo Viejo. Había sentido un ruido muy cerca. Era algo alarmante, pero no podía indentificarlo. Manoteó sobre la mesa volteando objetos hasta que dio con la linterna. La encendió.
Lanzó el pequeño circulo de luz a la captura del sonido. Se sobrasaltó otra vez. Había algo ahí, no cabía duda. Pero el haz de luz no podía alcanzarlo por más rápido que se moviera. Al fin apagó la linterna y volvió a olfatear las alturas, sentado en la silla, en medio del departamento oscuro.
Esperó nervioso. Desde que se cortó la electricidad supo que la peor de sus pesadillas, la que lo acechaba desde siempre, iba a realizarse esta vez. No tenía la más remota idea de qué sucedía en su pesadilla. Pero había cierto alivio en saber, al fin, cuándo sucedería.
Se estrujó las manos. Creyó detectar una respiración que acompañaba al sonido, pero quizás fuera una alucinación. El agotamiento fue venciendo poco a poco sus nervios. Cuando amaneció temblaba de modo incontrolable.
El sol iluminó todos los rincones y nada había sucedido. Pero él siguió sentado en la silla, con la nariz erguida, esperando. El pánico estaba lejos de aplacarse. No podía sacarse de la cabeza la idea de que su peor pesadilla efectivamente se hubiera realizado esa noche.
Publicadas por pequeño ofidio a la/s 11:41 p. m.
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3 comentarios:
Odio su tonta pag web!!! :@
Jejejeje no mentiras!! perdoneme por ofender su pag esq estoy re :@ con mi papa!!
Odio su tonta pag web!!! :@
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