Mi abuelo formaba parte de una familia de camioneros dueños de sus camiones. Cuando la lógica "1 hombre = 1 camión", dejó de funcionar, ellos no entendieron nada. Y se quedaron a pata.
Mi abuelo tuvo que reciclarse como chofer en un convoy. Por la noche, en medio de la patagonia, armaban campamento al costado de la ruta. Cocinaban por turnos.
El abuelo, a su turno, procedió otra vez con rigurosa lógica: 15 personas = 15 paquetes de fideos.
Se produjo una erupción volcánica. Desesperado, el abuelo se quemó las manos recogiendo las montañas de pasta que brotaban de la cacerola. Llenó varios baldes. De puntillas para no ser descubierto, sacó una pala y cavó como un frenético.
Al fin logró enterrar varios kilos de prueba material de su incompetencia. Después sirvió la cena con una sonrisa distraída.
Incompetencia familiar
Publicadas por pequeño ofidio a la/s 12:29 p. m.
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