Habría que investigar la función epistemológica de los amigos. O, por decirlo en criollo, esa puta relación que tienen los amigos con la verdad.

Nadie te va a decir nada, claro, ni nadie te va a ocultar nada, tampoco. Pero en el medio algo cruje. Daré dos ejemplos:

I - El otro día, para un cumpleaños, me puse una pollera, un par de aros y me delineé los ojos. Nada más. Mis amigos, al grito de "¡qué linda que estás!" desenfundaron los celulares y me sacaron fotos.

II - Recalé con una amiga en un bar ignoto, donde varios sujetos se pusieron a hacerme caiditas de ojos e intentar conversación. Yo, que alguna conciencia de mí misma tengo, comenté asombrada:
- ¿Qué carajo pasa acá?
- Y... -respondió mi amiga-: Son viejos...

Mis amigos no son Sócrates, eso seguro. Sin embargo, son toda una ruta de acceso a la verdad. Una ruta peligrosa.

0 comentarios: