Los moralistas son una especie humana de una imaginación particularmente desorbitada. Francisco de Sales, un maestro en el asunto. Su parámetro sexual: ¡los elefantes!

Con gran admiración Francisco relata que los elefantes nunca cambian de hembra y aman tiernamente a la que escogen. Son bestias pudorosas, afirma, que solo lo hacen cada tres años y escondidos para que nadie los vea. Pero una vez que empiezan, se pasan cinco días completos haciéndolo sin parar. Después van a lavarse al río. No vuelven a mezclarse con la manada hasta estar bien limpios.Con un entusiasmo enternecedor, Francisco asegura que los elefantes son más bellos y honestos que los humanos.

Ah... Francisco, Francisco. Cuánta pasión de hormiga. Con paciencia y saliva...

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