Estoy asustada. Tengo tanto miedo que me masticaría un puercoespín vivo.
Estoy tan enojada, pero tan enojada, que respiro vidrio.
He estado así por más de una hora. Y ya estoy exhausta. Rompería la puerta a patadas de puro agotamiento.
Pero lo más terrible es la conciencia de que mañana todo esto habrá terminado y no me voy a acordar del asunto.
Ni siquiera vale la pena tomar nota. Es irremediablemente intrascendente. No tiene la menor importancia.
Publicadas por pequeño ofidio a la/s 9:19 p. m.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario