Maupassant, otro Señor de las Chapas, muestra una finísima percepción del cuerpo humano:

"... torpemente concebido, atestado de órganos perennemente fatigados, siempre forzados como resortes demasiado complejos."

Y yo me pregunto, desde el fondo de la bañera, cuánto ingenio se precisa para coger con estos cuerpos.

0 comentarios: