Lord of the Flies


















La noche estaba caliente y tranquila. Me orientaba por la brasa del cigarrillo y el sonido de la voz de J. que, muy de tanto en tanto, decía algunas palabras.

- Hay cosas que te hacen sentir vivo... -comentó-: Como escuchar música o viajar. Esas cosas...

Me hubiera gustado acompañarlo un ratito. En cambio tuve que trenzarme en lucha libre con el bicho muerto que se agitó en mi cabeza:

- ¿Y cuánto gasta en sentirse vivo? -murmuró-: ¿Cien dólares la entrada? ¿Dos mil la semana de hotel? ¡Ah! ¡Qué gran industria la sensación de vida!

Intenté sofocarlo, pero empeoré las cosas:

- Y además: ¿como puede ser que a un ser vivo le interese "sentirse" vivo? -clamó el bicho histéricamente-: ¡Ese tipo está muerto! ¡Está más muerto que yo!

En fin, otra noche perdida...

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